Escucho con frecuencia, sobre la crisis bancaria, que una de las soluciones adoptadas es la fusion entre las entidades financieras para poder salir de este pozo. ¡Como si esto fuera una novedad!, y no es inusual en este campo de la banca como veréis más adelante, ya se pasó por este trance de las agrupaciones bancarias con el “Banco de Cartagena”.
En Cartagena se creó un banco, que difundió en el pasado siglo el nombre de esta ciudad por la geografía española y en el extranjero. Se funda el 29 de marzo de 1900 como sociedad anónima, con diez millones de pesetas como capital inicial, representadas en 20.000 acciones de 500 ptas. cada una.
Fue una creación del capitalismo asturiano, en concreto de esa burguesía regional que lideró el financiero e industrial José Tartiere Lenegre, que conjuntamente con las demás familias asturianas promovieron en 1899 el “Banco Asturiano de Industria y Comercio”, y pusieron en marcha un año más tarde una operación de expansión por el Sur y el Levante, con la fundación de los Bancos de Andalucía, de Valencia y de Cartagena.
Nace la entidad bancaria cartagenera para facilitar la exportación de minerales de la cercana zona de La Unión y del sudeste de Andalucía; siendo uno de sus impulsores D. Álvaro de Figueroa y Torres, Conde de Romanones. Como director gerente fue nombrado D. Vicente Elvira y Menéndez, y el director de la oficina principal en Cartagena D. Joaquín Payá, que era el representante político y económico del conde de Romanones. El Sr. Payá había sido anteriormente embajador de España en Shangai, y afincado en Cartagena recorre Andalucía y Marruecos, donde gracias a su brillante gestión extiende los negocios de esta nueva entidad cambiaria.
El afamado arquitecto Tomas Rico Valarino, proyectó en 1903 la sede del Banco de Cartagena en la plaza de Valarino-Togores, actual plaza de San Francisco. El bajo se dedicó a oficinas, y los pisos a viviendas de los directivos.